Cómo limpiar piedras semipreciosas: trucos y consejos

Ya sea en forma de joyas o como cristal, las piedras semipreciosas requieren de un mantenimiento de limpieza, tanto espiritual como físico, para mantenerse como el primer día y seguir aportando las propiedades energéticas necesarias.

Cómo limpiar piedras semipreciosas 

¿Es posible recuperar el brillo natural de nuestras joyas de piedras semipreciosas como si acabáramos de comprarlas? ¡La respuesta es sí! De hecho, tanto si son piedras independientes, como si forman parte de joyas, los cristales deben limpiarse de forma periódica, ya que así conservarán su brillo y color originales.

Por norma general, la mayoría de las piedras y cristales semipreciosos pueden ser limpiados con un paño húmedo en una solución de agua jabonosa. No obstante, algunos tipos de cristales cuentan con ciertas características particulares que hacen que su limpieza sea también un poco más específica.

Consejos para limpiar y cuidar tus piedras semipreciosas

Piedras porosas y de origen orgánico

Como las perlas, corales o ámbar, nunca deben sumergirse directamente en agua. Con este tipo de cristales y piedras, debe llevarse a cabo una limpieza en seco con un trapo ligeramente humedecido. No olvides secarlas bien para evitar que el material orgánico acabe creando moho.

Amatista

Es muy importante que nunca apliquemos un calor fuerte o cambios de temperatura muy bruscos en esta piedra ya que podríamos dañar su superficie sin remedio. Para limpiar la superficie de la amatista y recuperar el brillo natural del cristal, lo mejor es cepillarla con amoníaco y agua.

Cuarzo

En caso de que no haya demasiada suciedad en la superficie de nuestro cuarzo, bastará con humedecer ligeramente un paño con una mezcla de agua con jabón neutro y pasarlo suavemente por encima hasta haber eliminado toda la suciedad.

Algunos tipos de cuarzo no pueden entrar en contacto con sal, como es el caso del cuarzo citrino. Para asegurarte de que no vas a estropear la superficie de tu cuarzo, no los sumerjas en agua con sal bajo ningún concepto.

Cómo purificar, activar y limpiar tus piedras semipreciosas

Cómo purificar, activar y limpiar tus piedras semipreciosas

Para reactivar los campos energéticos de nuestras piedras semipreciosas, deberemos llevar a cabo un ritual de ‘descarga + carga’ con dos fases diferenciadas: la primera fase que consistirá en la limpieza de energías negativas que ha absorbido y la segunda, en la reactivación de los campos energéticos de las mismas.

Paso 1: Limpieza energética

  • Agua y sal: sin duda, una de las más utilizadas para limpiar las malas energías absorbidas por la piedra. Bastará con rellenar un recipiente con agua y sal y meter nuestras piedras semipreciosas en el interior durante una noche. Aunque es uno de los métodos de limpieza más habituales, no es recomendable en todos los tipos de cristales. Evítalo a toda costa cuando se trate de materiales porosos u orgánicos y en ciertos tipos de cuarzos.
  • Agua corriente: la alternativa al clásico método del agua con sal. Si tenemos dudas con respecto al uso de sal con nuestro cristal, también podemos optar por limpiarlo con agua corriente para que se lleve las malas energías.
  • Con lluvia: el método más natural para limpiar de malas energías nuestra piedra es con el agua de lluvia. Bastará con sostener con nuestra mano el cristal y dejar que las gotas de la lluvia se deslicen por la superficie de la piedra. También se puede recoger el agua de la lluvia en un recipiente y dejar en remojo el cristal durante tres días.
  • Usar otras piedras: si no queremos arriesgarnos a estropear nuestra piedra semipreciosa humedeciéndola en exceso, debemos saber que otras piedras pueden realizar la descarga de energías negativas de nuestro cristal. El cuarzo blanco es una de las piedras semipreciosas más potentes para este propósito. 
  • Salvia, palo santo o incienso: los ‘descargadores’ de energía por excelencia. No solo para piedras, estas sustancias son capaces de realizar descargas de energías negativas en habitaciones, personas y entornos.
  • Con tierra: otro elemento natural con un gran poder para eliminar las energías negativas. Para descargar nuestras piedras será suficiente con enterrar las piedras en tierra, ya sea directamente en el exterior o en una maceta. 

Paso 2: Recarga de energías

  • Luz lunar: uno de los métodos más potentes y eficaces para recargar de buenas energías tus piedras. ¿Adivinas qué fase lunar es la más potente para conseguir recargar tus piedras? ¡Exacto! La luz de la luna llena es la mejor para recargar tus cristales. Coloca tus piedras en recipientes de vidrio, barro o porcelana (nunca utilices metal) y déjalas en el exterior bajo la luz de la luna.
  • Luz solar: otro método muy empleado, pero no uno de los más recomendados. Aunque la luz del sol tiene una gran potencia y poder para recargar las piedras y cristales, podría llegar a dañar la superficie de las mismas. Emplear este método únicamente si estamos seguros de que nuestras gemas pueden soportar la exposición al sol. Otra opción es guardarlas en un saquito de algodón mientras las recargamos en el exterior.
  • Con intención y meditación: nuestra mente por sí misma emite señales electromagnéticas capaces de recargar nuestras piedras y cristales. La propia intención y la meditación pueden ser métodos altamente eficientes para recargar nuestros cristales.